Por medio de una resolución, que se publicará en las próximas horas en el Boletín Oficial, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, dirigido por Soledad Acuña, dictó un protocolo para aplicarse durante las tomas de los colegios, como ocurrió el año pasado en 29 de ellos contra las reformas educativas.
En este sentido, la cartera porteña regulará la función de los rectores, delegando la responsabilidad de los estudiantes a sus padres. Ante una toma, los directores tendrán que citar a los adultos para que retiren a los chicos o los autoricen a permanecer en la escuela, siendo responsables de su seguridad, y le darán intervención al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (CDNNyA) y al SAME.
A su vez, los padres rendirán cuentas de los daños materiales que se produzcan, cuyas multas las aplicará la Procuración General porteña.
Paula Colombo, Directora General de Coordinación Legal e Institucional del Ministerio de Educación porteño, explicó las pautas de acción y aseveró que el objetivo es cuidar la seguridad de los alumnos y el patrimonio de los establecimientos, tras el pedido de las autoridades para saber cómo actuar en determinadas situaciones.
En esta sintonía, Colombo sostuvo que pretenden “garantizar el derecho a la educación” de la comunidad educativa, manteniendo un dialogo respetuoso entre las partes.
