Sociedad

OBESIDAD: UN AVANCE

por el Dr. Fernando Ricagno Silva

Una secuencia genética relacionada con la obesidad ha sido descubierta liberando de culpa a las personas gordas y confirmando que no es solamente un tema de ansiedad. La cintura que se ensancha, el aumento de peso y una tendencia a desarrollar la diabetes tipo 2, ha sido descubierta como parte de un nuevo estudio apuntando a la herencia, los genes.

El estudio también demuestra que la secuencia genética es significativamente más común en aquellas personas con ascendencia indo-asiática que en las de ascendencia europea. La investigación podría llevar a mejoras en los métodos para tratar la obesidad.

Los científicos, del Imperial College de Londres y otras instituciones de varios países, han descubierto que la secuencia está asociada con una expansión en la circunferencia de la cintura de 2 centímetros, un aumento de 2 kilogramos en el peso y una tendencia a volverse resistente a la insulina, lo que puede llevar a padecer de diabetes tipo 2.

La secuencia se encuentra en un 50 por ciento de la población del Reino Unido. “Hasta ahora, hemos sabido muy poco sobre el componente genético de los problemas comunes relacionados con la obesidad, tales como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes”, explica el profesor Jaspal Kooner, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, y uno de los autores del estudio.

“Encontrar una asociación tan estrecha entre una secuencia genética y unos efectos físicos concretos es muy importante, sobre todo cuando la secuencia se encuentra en la mitad de la población”.

Esto podría proporcionar una posible explicación genética para los niveles particularmente altos de obesidad y resistencia a la insulina en las personas indo-asiáticas, que constituyen el 25 por ciento de la población del mundo, pero de quienes se teme que padezcan el 40 por ciento de casos de enfermedades cardiovasculares para el 2020.

La nueva secuencia genética se encuentra cercana a un gen denominado MC4R que regula los niveles de energía en el cuerpo, influyendo en cuánto comemos y cuánta energía gastamos o almacenamos.
Los investigadores creen que la secuencia descubierta está involucrada en el control del gen MC4R, que también está implicado en algunas formas raras de obesidad en los niños.

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