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MACRI: ¡PAGÁ LO QUE DEBÉS!

SIEMPRE es tiempo de balances y ya desinflados los colorinches globos de la victoria PRO, bien vale uno a título personal.

Macri revalidó su jefatura en nuestra Ciudad Autónoma, con el derecho que le asiste el voto ciudadano. Hay quienes argumentan que ganó de la mano de los gruesos errores que cometió el Gobierno Nacional en la Ciudad y eso es verdad; otros, porque realizó obras y también vale.

En nuestra Comuna, se repavimentaron y se abrieron calles, se arreglaron veredas, se parquizaron y se protegieron parques, se está tratando de mejorar
-algo- las villas, hubo movida cultural, etc., pero lo más importante es que se opuso tenazmente a las usurpaciones, problema eterno por estos lares.

Es decir que en el reparto general esta vez la comuna “ligó algo”. Hay que reconocer que las gestiones anteriores –del signo político que sea- poco o nada han hecho en los últimos 20 años en esta parte olvidada del sur porteño. No obstante ello, al asumir su primera gestión se comprometió a muchas cosas que no cumplió, -con y sin ayuda del gobierno nacional y como no lo otra gestión-.

En la comuna 8, quedaron muchas cosas sin hacer. No se ejecutó un plan integral de zonificación de los espacios verdes -apetecidos por más de uno-. Un plan bien proyectado, –y legislado por la legislatura porteña-, donde quede bien definido cada espacio a ocupar a corto, mediano y largo plazo, y, a cumplir por este gobierno y por los que lo sucederán (ojala). Esto no se realizó y debió haberse hecho con absoluta prioridad.

El rubro educativo en lo edilicio es el renglón más penoso en el debe de la gestión macrista: no se construyeron escuelas (ni jardines, ni primarias, ni secundarias, ni especiales) Los chicos continúan  superpoblando las aulas con maestros desgastados por el sobre exceso de atención a tan cuantiosa población. Y para frutilla del postre va la cantidad creciente de chicos que al no disponer de vacantes en las aulas de su barrio deben cruzar a diario la ciudad en busca de una vacante.

La problemática sanitaria tiene su nave insignia en el “hospital” de Lugano. Inaugurado con toda la pompa, –y con posibilidad real de descongestionar al desbordado hospital Santoyani-, es apenas un centro de “diagnóstico” a la bartola sin primeros auxilios ni servicios que funcionen como dios manda.

También contaba la comuna 8 con el único servicio de zooterapia en la ciudad de Buenos Aires que atendía más de 500 chicos con diferentes discapacidades hasta que Macri ordenó su cierre. El servicio era un orgullo de calidad de la atención a nivel nacional e internacional. Hoy los padres de esos chicos deambulan buscando respuestas además de otro servicio que atienda a sus hijos.

En nuestra comuna tenemos el índice nacional más alto de desempleo entre los jóvenes. Ahora bien, si un joven consigue trabajo debe trasladarse. ¿Como lo solucionamos con un plan -hoy inexistente- de promoción de empresas dadoras de empleos a los locales, agregando que el mentado Polo Farmacéutico es solo un cartel que cambian cada vez que lo relanzan.

Como contrapartida, señalo el despojo dictatorial del Parque Roca a manos de una prebenda macrista hacia un sector privilegiado de empresarios del transporte, aclarando además que si bien esto es hoy un hecho consumado, hace un año este diario denunció en exclusiva primicia, el decreto “escondido” que habilitaba semejante despropósito. Señalo además la incongruencia de otro polo logístico en ejecución del gobierno de la ciudad, dentro del Mercado Central en su sociedad con la nación y la provincia de Buenos Aires.

A la falta de ideas potables traducidas en planes con proyección le podemos cargar el collar de sandías del Parque de la Ciudad, o el collar de melones de la ex playa judicial de la Policía Federal. Y si de promesas rotas hablamos, como olvidar al rompecorazones Rodríguez Larreta con las cámaras de seguridad en el barrio.

Sé que nunca cumplirán con todo lo que prometen: pero sé con mayor convicción que no se debe prometer todo para no cumplir nada. Y esta conducta no debiese ser en una nueva fuerza política como es el PRO que pretende desde su discurso desbancar las “viejas costumbres de la política”

Parece que nuestro destino debe apuntar solo a ser la meca de las viviendas sociales sin espacio para otros rubros. Son visibles para todos los aciertos y los errores y olvidos. Es de buen cristiano desear que puedan estos enmendarse en este segundo mandato de Macri. Pero, las medidas que toma a cada paso que da, ponen en duda toda enmienda.

Y así nos sobrevuela por siempre la duda si nuestro destino será siempre el galponcito donde tiramos lo que no sirve…

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