Sociedad

EL DENGUE YA ES EPIDEMIA

Dengue: «Ya no contamos casos, es una epidemia»

¿UNA DE LAS SIETE PLAGAS?

«Ya dejamos de contar los casos de dengue, esto es una epidemia». De esta manera, el director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, se refirió al brote y aseguró que la mayoría de los casos se registraron en el norte del país, aunque también hay personas infectadas en la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Y en el medio, el dilema turístico, que nadie quiere ver afectado.

«Ya no tenemos un número de afectados, dejamos de contar, esto es una epidemia». Con esa crudeza el director nacional de Epidemiología se refirió al brote de dengue que atraviesan la Argentina y varios países de la región.

El especialista explicó que la mayoría de los casos se registraron en las provincias del norte, donde hay mayor circulación con países limítrofes que están en una situación más complicada, sin embargo también hay varias personas que están bajo tratamiento en la Provincia y en la Ciudad de Buenos Aires.

El Ministerio de Salud de Nación envió insumos a las provincias donde se detectaron mosquitos portadores del virus del dengue y reforzó la campaña orientada a que la población adopte medidas preventivas de la enfermedad. Uno de los principales pedidos es que las familias eviten dejar agua estancada o acumulada para evitar el nacimiento del mosquito portador del virus.

La epidemia por el dengue coincide con otra enfermedad que presenta síntomas similares y que también es transmitida por el mosquito: la infección por el virus zika. Hay 18 países con casos detectados y una epidemia muy fuerte en Brasil y Colombia.

«En Brasil se ha detectado que la transmisión de este virus en la mujer embarazada produce en un porcentaje mínimo de microcefalia en el feto. En los adultos puede producir cuadros neurológicos», explicó el doctor San Juan en diálogo con radio ‘La Red’.

En Puerto Iguazú, los infectados por la epidemia del dengue crece de a 50 casos por día (o dos por hora), según confirmó el ministro de Salud de Misiones, Ramiro Villalba.

La guardia del hospital de Iguazú está trabajando sin descanso por la alta demanda de los pacientes con alguno de los síntomas del dengue.

A medida que se propaga la epidemia (que podría tener su pico en la semana 12 del año, entre finales de febrero y mediados de marzo), las quejas de los iguazuences siguen haciendo ruido en las redes sociales y se amplifican cuando encuentran un periodista para denunciar.

Según el diario ‘Clarín’, se quejan principalmente de que el hospital argentinos es chico y que hay faltantes de reactivos para comprobar los casos de dengue. «Nos dan desinfectantes vencidos y no quieren emitir certificados para cuidar el turismo, para que esto no afecte a la imagen de la ciudad», denuncian en Villa Florida.

En efecto, el turismo se vio afectado, con un 20% cancelaciones en las reservas en las últimas dos semanas. Pero no menos cierto es que la epidemia seguirá, aunque en las últimas dos semanas las acciones preventivas y las campañas fueron mucho más notorias.

Un médico argentino que pidió reserva de identidad explica al matutino mencionado el protocolo: «No es cierto que no tengamos reactivos para comprobar la enfermedad. Simplemente que cuando llega una persona con síntomas ya la tratamos como si tuviera la enfermedad, a esta altura de la epidemia no hace falta la comprobación con el reactivo. Por eso corrió el rumor de que no estamos equipados. Y vamos controlando la epidemia con exámenes al 10% de los casos».

En Brasil, también dan unas inyecciones que prometen la cura inmediata, pero los médicos locales las desaconsejan y dicen que sólo son corticoides. No hay soluciones mágicas. Las vacuna fue aprobada en algunos países y en Argentina se está estudiando su aplicación.

La importancia del fenómeno climático ‘El Niño’ en la proliferación del dengue es evidente como así también, dicen, el año político en la prevención. Según dicen los vecinos, «se gastaron toda la plata en la campaña y se olvidaron de la recolección de los residuos y de desmalezar. Hasta la semana pasada, esos pastizales que ahora ves prolijos tenían un metro de alto», afirman.

El combo del cambio climático y la ineficacia de la política de prevención ya disparó la epidemia, que ahora es más difícil de detener.

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