Sociedad

La escuela Homero Manzi sin clases

Los docentes de la Escuela Media Nº 4 D.E. 19 “Homero Manzi” del barrio de Pompeya denunciaron que el colegio no dicta clases desde hace dos semanas. El motivo fue la caída de un joven obrero de 17 años que trabajaba para la empresa Planobra, encargada de realizar arreglos en el edificio.
Desde hace varios años, la comunidad educativa denuncia las deficiencias de las instalaciones que originalmente pertenecían a la Universidad Nacional de Tecnología, donde trabajaban 30 docentes y estudiaban 100 alumnos. Cuando empezó a funcionar como escuela media, el año 2002, llegó a tener 200 docentes y 700 estudiantes.
«Un ascensor que no funciona, techos con goteras, puertas que no abren ni cierran, falta de acondicionamiento climático, pizarrones que no se borran o baños que no funcionan son algunas de las deficiencias cotidianas con las que esta comunidad educativa convive a diario», denunciaron a través de un comunicado.
En 2017 se iniciaron las obras para una ampliación pero cuando comenzaron las clases sólo se habían pintado las paredes de afuera del edificio y habían sacado los ventiladores de las aulas. Además es importante aclarar que las obras continuaron mientras la escuela estaba funcionando, hecho que incumple la recomendación 11 de la paritaria firmada en el año 2011 por el entonces ministro porteño Esteban Bullrich y lo que generó falta de agua, cortes de luz y perdida de días por la demolición del quinto piso, que finalmente no se realizó.
» Finalmente, el 11 de mayo ocurrió la tragedia que, si bien no está directamente relacionada con las condiciones precarias del edificio, sí lo está con las condiciones de seguridad en las que allí se trabajaba. El hecho además sucedió en horario escolar, con la consiguiente desesperación de alumnos y docentes, que fueron desalojados por la conducción a través de la fuerza policial», comunicaron.
Ante esta situación la únicas dos soluciones que da el Estados son: «volver a dar clases al edificio de Sáenz, sin previo acondicionamiento y con el reconocimiento de que no cumple las condiciones pedagógicas básicas que debería cumplir un establecimiento educativo; o dividir la escuela en tres partes: seis cursos funcionarían en cuatro aulas que prestaría una escuela del barrio (con la consiguiente fusión de varios cursos con distintos horarios y materias), otros seis cursos funcionarían todos juntos en un galpón, sin subdivisiones ni acústica ni condiciones mínimas para una clase; mientras que las clases prácticas como plástica y música se darían en un centro cultural del barrio».
Luego de realizar reuniones con los padres, las autoridades se dieron cuenta de que en ese predio sería imposible montar una clase. Es por eso que con el consentimiento de las autoridades de la escuela, los funcionarios «definieron que las clases volvieran a empezar en el edificio de Sáenz, pero con un mínimo acondicionamiento previo. El sábado 27 de mayo los docentes recibieron un nuevo correo electrónico por parte de la conducción de la escuela informando que el lunes 29 aún no comenzarán las clases dado que se siguen realizando inspecciones en el edificio. Mientras las clases se siguen perdiendo, nadie está evaluando la posibilidad de construir una nueva escuela para nuestros pibes o de alquilar un edificio en condiciones».

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