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¡MEHTA ZUBIN, NOMÁS!

El director de orquesta indio ofreció ante más de 10.000 personas, junto a la Orquesta Filarmónica de Israel, un concierto en Nueva Pompeya con el Puente Alsina a sus espaldas, bajo el marco del Festival Mundial de Tango en Buenos Aires, organizado por el Ministerio de Cultura porteño y poniendo en el mapa el futuro “polo del bandoneón” a los pies del Puente Alsina.

A propósito; ¿sabrán los vecinos asistentes, que bajo el viejo e ilustre puente, en la estación Valentín Alsina (homónima del puente) del ferrocarril Belgrano sur, el 8 de junio de 1911, la esposa del jefe tuvo un hijo llamado Leonel Edmundo Rivero?

Con pasajes de obras clásicas de trascendencia popular y un tango de Gardel entre los bises, el prestigioso director orquestal -que visitó la Argentina por primera vez en 1962- inauguró el concierto en Avenida Sáenz con el escenario en Amancio Alcorta y las “plateas” ubicadas hasta alcanzar avda. Cnel Roca, que vivió por primera vez en su historia un espectáculo artístico de nivel internacional y convocatoria masiva. «Tenemos el objetivo que la cultura llegue a todos los puntos de la ciudad y en ese sentido la excelencia y la calidad siempre son populares», dijo el ministro Hernán Lombardi. Y agregó: «Queremos que los vecinos de la zona vean, piensen y sientan el Puente Alsina como un faro cultural».

La mañana arrancó a pleno café con leche con medialunas en la centenaria “La blanqueada”. ¿Y cómo diferenciar un pompeyano de un “inmigrante”? Sencillo. Los pompeyanos se miran a los ojos cuando levantan la taza y los “allegados allendes los 100 barrios porteños” miran todo con ojos asombrados y la cabeza girando en todas las latitudes para descubrir un barrio porteño y flor.

La puesta comenzó con la magnífica “La fuerza del destino” de Giusseppe Verdi, y el programa del maestro indio incluyó obras de Mozart, Verdi, Strauss y Ravel. A la hora de Strauss, el maestro Mehta animó a varios de los presentes a “trenzarse” en sus irresistibles valses, entibiando con los rayos cálidos de la emoción la fría mañana de la cuna “manziana”.


El Gobierno Porteño dejó en claro su idea de establecer este espacio para organizar megaeventos al aire libre, pues la llegada del Metrobús impedirá la realización de espectáculos en la avenida 9 de Julio.

Antes del cierre, Mehta -que es director vitalicio de la Filarmónica de Israel desde 1981- dirigió una versión de «Por una cabeza», de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, el mismo tango que había elegido en su visita de agosto de 2012 cuando se presentó en la Usina del Arte con la Orquesta del Mayo Florentino. El músico se mostró emocionado y declaró: «El tango es cada vez más popular en todas partes. Cuando entramos (a la sede mundial de Tango) vimos a unas 50 parejas de gente común bailando, me quería quedar observando a cada una de ellas. El Festival de Tango es una revelación para nosotros».

Mehta y la Filarmónica, que la noche anterior estuvieron en el teatro Colón, se despidieron de Buenos Aires desde el Colón con un programa dedicado a Wolfgang Mozart y Gustav Mahler.

No es la primera vez que el músico indio brinda un concierto al aire libre en el país: en 2010 había dirigido un espectáculo ante más de 30.000 personas en el Obelisco.

Para todo pompeyano y vecino del sur esta ha sido y será una experiencia inolvidable que este gobierno le acercó. Esta vez un aplauso cerrado para los muchachos, ¿Por qué no?

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