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EL SUBTE LLEGARÁ A FLORES

Terminará en la estación San Pedrito

¿SUBTE(RMINADO)?

Si las negociaciones entre el GACBA y los metrodelegados lo permiten, entonces habrá llegado la ansiada hora de ascender y descender de los vagones de la Línea “A” en las flamantes estaciones (están listas desde 2007) de San José de Flores y San Pedrito.

Ahora que se hizo la luz entre partes (gobierno y metrodelegados), las dos formaciones sin conductores –por ahora-, podrán comenzar a prestar un servicio neurálgico esta semana hasta la que será la cabecera definitiva del recorrido bajo la avenida Rivadavia, a la altura de Nazca. Casi 100 años atrás, el 1° de diciembre de 1913, se inauguró el primer tramo de la línea, entre Plaza de Mayo y Plaza Miserere, en Once.

El estreno de las paradas Flores y San Pedrito ocurrirá tres semanas después de la última fecha estimada por el gobierno de Mauricio Macri, que pretendía habilitarla a principios de este mes. El cronograma fue modificado tras el conflicto con los metrodelegados causado por la habilitación de la estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas de la línea B, relacionado con temas de seguridad en los túneles, la cochera-taller y la duración de la jornada laboral de los empleados. El ramal A, se explicó entonces, sólo se prolongaría cuando hubiera consenso suficiente con los sindicalistas.

la flamante estación de San José de Flores (foto: La Nación)
la flamante estación de San José de Flores (foto: La Nación)

En tanto, Flores y San Pedrito esperan el debut desde 2007, cuando concluyeron bajo tierra las obras de ingeniería civil, durante el mandato de Jorge Telerman.

«La idea es inaugurarlas el viernes, para nosotros no habría problema. El circuito está en condiciones, no hay riesgo como había en la línea B, así que no habrá conflictos. Vamos a conducir hasta el final del recorrido», anticipó a LA NACION el secretario general de los trabajadores del subte, Roberto Pianelli.

Fuentes del gobierno porteño coincidieron en que la intención es habilitar la extensión del recorrido «antes de fin de mes», pero no precisaron si será el viernes. Según las estimaciones, se sumarán 35.000 pasajeros a los 400.000 que ya transporta la línea A por día.

Voceros de Metrovías, la concesionaria de la red de subtes, también sostuvieron que «las conversaciones con los metrodelegados están muy avanzadas, y en buenos modos, pero no cerradas». Por jornada, conductores y guardas realizan hoy cinco vueltas, precisaron las fuentes; cada una dura 54 minutos. Tras la prolongación con las nuevas paradas, demandarán 58 minutos. Es decir, 20 minutos más de trabajo.

Pianelli fue más optimista sobre la puesta en marcha de la extensión, pero adelantó probables inconvenientes. «La frecuencia se va a resentir. No hay suficientes conductores para operar hasta Nazca. Y solamente incorporarán dos trenes más a los 16 que circulan hoy», detalló.

Efectivamente, hoy el servicio se presta entre Plaza de Mayo y Carabobo con nueve formaciones de fabricación china, instalados en la línea entre enero y marzo pasados, y siete convoyes de vagones marca Fiat. Según las previsiones, cuando se extienda el recorrido hasta San Pedrito, Subterráneos de Buenos Aires sumará otros dos trenes Siemens Schuckert de cinco coches cada uno, reacondicionados en el país.

Los metrodelegados dicen que no será suficiente. «Para mantener la misma frecuencia, se requieren alrededor de 22 formaciones», dijo Pianelli a LA NACION.

Oportunamente, el presidente de Sbase, Juan Pablo Piccardo, presidente de Subterráneos Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), había desestimado la denuncia de los trabajadores. «Se pasará de la frecuencia actual de 3 minutos con 53 segundos a 3 minutos con 20 segundos. Esto es matemática pura. No entiendo de dónde sacan esta aseveración», sostuvo.

Pianelli también recordó que, cuando se realizó la polémica prolongación de la línea B hasta Villa Urquiza, en ese ramal había una reserva de personal (guardas) capacitado para conducir que fue puesta en funciones inmediatamente, lo que permitió no alterar la calidad de las prestaciones.

«Pero en la A no hay reserva. Y capacitar conductores demanda aproximadamente cuatro meses. Sólo luego de ese lapso habrá suficientes choferes para asegurar la circulación en tiempo y forma», señaló Pianelli.

Por su parte, voceros de la empresa Metrovías dijeron que ya existe una pequeña dotación que podrá incorporarse enseguida, mientras otros se familiarizan con el sistema.

Daría la impresión de que ninguna de las partes quiere repetir la crisis que afectó por igual la línea B como la imagen de los actores involucrados.

(fuente; La Nación) 

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