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MÁS POLLO Y MENOS VACA

Con la carne por las nubes, la gente se vuelca al pollo y la escasez ya afecta a algunos barrios porteños

Los precios de la carne vacuna continúan subiendo casi sin freno, por lo que los consumidores se vuelcan como nunca al pollo, que es mucho más barato, y ya se registran problemas de abastecimiento en algunos barrios de la Capital Federal.

El precio del pollo es más económico que el de la carne vacuna por naturaleza, pero esta vez se sumaron los acuerdos entre los productores avícolas, las grandes cadenas de supermercados y el Gobierno, que subsidia a la cadena para promover el consumo de este producto.

Ante la notable reducción del stock ganadero en casi 9 millones de cabezas en los últimos diez años y la necesidad por no descuidar los mercados de exportación, el Gobierno puso en marcha un fuerte impulso al consumo de pollo con el ofrecimiento del producto a precios accesible para todos los bolsillos.

Las sucursales de las grandes cadenas de supermercados ofrecen el kilo de pollo hasta en 6,50 pesos -con el kilo de menudos a 3.30 pesos-, mientras que las carnicerías independientes lo ofrecen a 11,50, en barrios porteños como Flores, Caballito, Almagro y Liniers, porque no forman parte de los acuerdos.

En tanto, los precios de la carne vacuna están casi igualados en las dos clases de comercios, pero muy elevados para los bolsillos: la nalga y la colita de cuadril se comercializan a 34 pesos y el kilo de milanesa preparada de ternera alcanza los 35 pesos.

El kilo de ternera ingresa al mercado de Liniers a un precio de entre 5 y 6,617 pesos (según precios de este lunes), pero llega a las carnicerías a 15 pesos desde hace un mes, por lo que esa fuerte diferencia es trasladada al consumidor final, cuyo bolsillo se ve cada vez más presionado.

Según un relevamiento efectuado por la asociación Consumidores Libres en supermercados y carnicerías de Capital Federal y Gran Buenos Aires, los precios de los cortes más consumidos aumentaron 4,20 por ciento durante la primera quincena de agosto, y la tendencia alcista continuaría.

El corte que más aumentó en los primeros quince días de este mes fue la carnaza, con 9,36 por ciento; le siguieron la falda (7,88 por ciento), bola de lomo (2,14), paleta (1,22) y picada común (0,46).

«Los aumentos obedecen a que se ha reducido notablemente el stock ganadero. Y además, a que existe un aumento de la demanda, que la oferta no puede acompañar», indicó a Noticias Argentinas el representante legal de Consumidores Libres, Héctor Polino.

Los ajustes registrados por la entidad en los cortes de carne más consumidos fueron muy altos entre el primero de enero y el 15 de agosto últimos: la carnaza subió 84,93 por ciento; la falda 81,58; la picada común 75,92; la paleta 66,66 y la bolsa de lomo 52,16.

Ante los precios elevados de la carne vacuna, los consumidores comenzaron a inclinarse por comprar pollo y según un relevamiento realizado por la agencia Noticias Argentinas en numerosos supermercados, se están registrando problemas de abastecimiento por la gran demanda.

Incluso, en tres sucursales de un reconocido supermercado en los barrios de Villa Lugano, Mataderos y Villa Celina se leyeron carteles de «sólo dos pollos por persona», una restricción que busca equilibrar el abastecimiento.

El problema está comenzando a surgir porque antes la gran demanda de pollos, los precios de los pollos comenzaron a sentir la presión: el cajón pasó de 115 pesos hace tres semanas a 175 pesos en la actualidad (52 por ciento de aumento), una situación que perjudica a los comercios pequeños.

Un carnicero pequeño de Flores vendía hasta cuatro cajones de pollos por día, pero tras los acuerdos entre supermercados y el Gobierno, la cantidad se redujo a 1,5 cajón.

Los consumidores aprovechan los bajos precios de los supermercados y compran por cantidad, llenan el freezer de la heladera y están abastecidos por un par de semanas, siempre y cuando no encuentren con cupos de compra en los comercios.

fuente: TERRA

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