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“El mercado inmobiliario está descontrolado y se ha tornado muy voraz”

Fernando Muñoz es Coordinador del Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires y expresó su opinión respecto al fallo de Cámara que declaró inconstitucional la Ley de Alquileres: “La cámara inmobiliaria ya realizó más de ochenta amparos contra esta ley. La disputa es entre el sector intermediario y los propietarios. La búsqueda de la rentabilidad absoluta es el centro de la cuestión”.

El gobierno de la Ciudad avisó que apelará este fallo, suponiendo una doble posición: la apelación cercana a los inquilinos por un lado, pero dentro del  marco de una gestión oficial de venta de terrenos fiscales, de facilidades para  la edificación sin controles y la garantía de máxima rentabilidad para sectores privados selectos.

Dentro del comercio de la vivienda, han comenzado a jugar actores extranjeros en la construcción, la venta y los alquileres de las viviendas en la ciudad. La tendencia a la que refiere Muñoz es el circuito del excedente financiero de capital mundial que se ha volcado a la compra de viviendas en las metrópolis mundiales. Buenos Aires no es la excepción.

 A nivel mundial, sin embargo, estamos atrasados: no han llegado aún los fondos buitre que ya han comprado barrios enteros en otras ciudades del mundo. Su accionar demuestra desalojos compulsivos de complejos de viviendas enteros, para renegociar las unidades con nuevos inquilinos con grandes aumentos.

Los inquilinos de las viviendas nuevas  tratan con empresas o a lo sumo con un par de dueños.

A la luz de los hechos, Muñoz señala que los pequeños propietarios y los inquilinos serán los más perjudicados: “el mercado inmobiliario está descontrolado y se ha tornado muy voraz”. Para Muñoz, este conflicto no representa una relación de fuerzas, sino la expresa oposición a cualquier regulación del mercado o a la aplicación de cualquier marco que los contenga.

Desde que se voto la ley hasta que salió el Fallo de Cámara se ha impuesto el seguro de caución. El 25% de la oferta de alquileres pide seguro de caución, alterando negativamente las reglas de juego para los inquilinos. La falta de capacidad de pago de los inquilinos se ha convertido en el gran negocio para las financieras y las inmobiliarias.

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