Sociedad

El negocio de los adoquines

La Ley de Adoquines es la 4806, originalmente los protege y los ponía bajo la autoridad de aplicación del Ministerio de Cultura. Desde agosto de 2017, el ejecutivo comenzó una movida de reemplazo sorteando esta Ley. Conversamos con Ana Bas, secretaria de la ONG Basta de Demoler.

Aprovechándose de un articulado que sostiene “que si una calle tiene cierta cantidad de adoquines con parches de asfalto, según la proporción entre ambos, se justifica que se asfalte por completo, el gobierno de la Ciudad iba y tiraba un poco de asfalto en esas calles, y comenzó a retirar los adoquines de las calles”.

Esta metodología alertó a varios movimientos de vecinos que se acercaron a la Legislatura porteña quien tomando el reclamo de los vecinos, elevó un pedido de informes sobre la cantidad de adoquines que fueron retirados, donde se están acopiando, para que se utilizarán, cuál es el peso en toneladas y cuál es el catalogo definitivo de calles con adoquinado en la ciudad.

Para junio de 2015 había 5500 toneladas de adoquines acopiados, cuando se contesta el pedido de informes, la cantidad ha aumentado notablemente. En el depósito de la calle Castañares había 22207 toneladas de adoquines, en el Parque Roca hay acopiadas 18810 toneladas. La actualización del catálogo de calles adoquinadas declara 1986 vías para ser protegidas sobre un total de 3681, dejando una gran cantidad lista para remover.

En noviembre de 2017, el ejecutivo envió un proyecto para disponer de los adoquines y sacar la competencia del Ministerio de Cultura, ley que se modificó en enero de 2018 y cuando comienza otra etapa de remoción en grandes cantidades.

También se esgrime la mala colocación de los adoquines, un sistema que es eterno y no necesita casi mantenimiento, que es una superficie permeable que absorbe la lluvia por un lado y como reductor de velocidad, por el otro.

Otro factor que reemplaza la durabilidad y la nobleza de estos materiales es el retiro de los cordones, esos bloques de granito de gran dureza, que no requieren mantenimiento, que duran muchísimos años, están siendo reemplazados por bloques de cemento que rápidamente se deterioran produciendo mayores erogaciones de dinero en mantenimiento.

La intervención en el espacio público es para reemplazar materiales en buen estado y de buena calidad por procesos y materiales más deficientes, en el mejor de los casos, en otros se retiran materiales que no se reponen. Es minimizado el impacto ambiental y no son lo suficientemente estudiadas teniendo un tinte meramente especulativo.

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