Economía

Precios descuidados: la leche más accesible brilla por su ausencia

La leche es uno de los alimentos insustituibles de la alimentación del ser humano: desde la infancia, los niños deben tomarla para incorporar el calcio suficiente para garantizar el desarrollo de los huesos y una correcta nutrición. Sin embargo, pese a ser necesaria, su consumo bajó y se encuentra en el número más bajo desde la crisis del 2001.

Actualmente, el precio de la leche se disparó: 50 pesos cobra el cartón larga vida la marca predominante del mercado. Ante la escalada, los consumidores migraron hacia las segundas marcas, aunque asociaciones de consumidores denunciaron que dichos productos son muy difíciles de encontrar en las góndolas. Tal es el caso de Armonía, la segunda marca de La Serenísima, que integraba el programa Precios Cuidados, cuyos sachets fueron imposibles de encontrar durante las últimas semanas en supermercados de Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Pero esta situación no se debe a una falla en la producción ni faltante de materia prima, sino más bien una estrategia comercial: «Estamos produciendo más leche de la que consumimos, esto no sucede por un faltante, pero si el sector está sufriendo una crisis muy profunda, falta una política lechera», advirtió Marcelo Aimaro, presidente de la Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe.

Es que parte del conflicto lechero pasa por el desfasaje de costos durante toda la cadena de producción: mientras que un productor gana alrededor de 10 pesos por litro de leche, el supermercadista luego lo cobra más de 50. ¿Resultado? «En una economía con la inflación que tenemos y la tasa de interés esos 10 pesos son muchos menos, así no llegamos ni a cubrir los costos», explicó.

Las cadenas de supermercados, por su parte, culpan a las empresas productoras esgrimiendo que «entregan menos volumen de leche con nuestra marca y menos aún la de precio bajo pero proporcionalmente mantienen casi intacta la distribución de su principal marca».

Claro está que en un contexto recesivo, los fabricantes no buscan vender un producto a un precio más bajo de lo que se puede ofrecer. Atrás quedaron los días en los que Guillermo Moreno utilizaba una política de agresiva intervención desde la Secretaría de Comercio para controlar los precios del mercado: Mauricio Macri está enojado con los remarcadores, pero sin interés de utilizar políticas de mayor control, y así será complicado regular un sector que parece descontrolado.

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